Como trabajador de la disciplina artística de la Danza, como creador y como miembro de la comunidad universitaria, deseo exponer de la manera más amplia y clara lo que constituyen mis aspiraciones para alcanzar una profesionalización de las actividades que vengo cumpliendo en beneficio del desarrollo de este arte en el medio de la comunidad estudiantil de la Universidad del Zulia y en la comunidad general.
Sólo con una decidida vocación artística y la mejor disposición para la lucha por la superación, aunado a una forma de pensar y de ser militante activo del arte como actividad útil en la vida del hombre, pueden alcanzarse plenas realizaciones. La danza es para mi una esencial e insustituible forma de expresión que va implícita al ser viviente, a la naturaleza, al hombre. Un ser que no dance es un ser incompleto, negativamente limitado para la convivencia. Creo pues, que en todas las actividades del ser humano debe estar presente de alguna manera el arte de la danza. En una universidad, su presencia debe conseguir un óptimo desarrollo, integrándose profundamente al quehacer académico y científico; entendiéndose que en ella el hombre alcanza un alto grado de realización espiritual.
La danza, dentro de las tareas que la universidad ha de cumplir como actividad de extensión a la comunidad, ocupa un lugar de primer orden. Su práctica permanente contribuye a una formación física armoniosa y altamente saludable, dada la elevada técnica que se imparte, asimismo ayuda eficazmente a la actividad motora del organismo.
La danza, fundamentalmente, es un innegable medio de expresión por el cual el hombre puede comunicar sus más elevados sentimientos, es un arte de extraordinario significado y de poderosa fuerza creadora.